Para muchos ciudadanos este concepto todavía no existe en su modo de vida. Sin embargo, hoy se inaugura en Mérida la Smart City Expo Latam Congress, que congregará a más de 13 mil acreditados, más de 300 ciudades nacionales e internacionales, más de 200 instituciones y empresas, más de 300 conferencistas y se contará con la participación de más de 55 media partners.
Por Fredy Tejeda
Hablar de una ciudad inteligente es hablar de transformación y evolución pero con un sentido de gobernanza. A muchas autoridades les cuesta trabajo explicar a sus gobernados que una ciudad inteligente es una ciudad que ha decidido seguir adelante a pesar de sus problemas.
Como un organismo vivo, una ciudad inteligente como Mérida tiene el potencial de conectar a sus habitantes mediante la infraestructura y el uso eficiente de la tecnología.
La Ciudad Inteligente se basa en el uso de la tecnología para hacer más eficiente su funcionamiento. Se visualiza una infraestructura urbana que conecte a las personas con el entorno, pero también a las personas con las personas. Esto se hace posible mediante la implementación de sensores, “tecnologías de la información y la comunicación” (TIC) y el “Internet de las cosas” (IoT, por sus siglas en inglés); entre otras cosas.
Las ciudades como Mérida son urbes que se encuentran en un constante e interminable proceso de evolución y transformación. En este sentido, las soluciones urbanísticas, arquitectónicas, paisajistas, ingenieriles, económicas, sociales, políticas y ambientales que vamos creando deben mantenerse actualizadas y enfocadas a los problemas urbanos que se viven en el presente y que se esperan para el futuro.
Para lograrlo, la población civil, los políticos y los profesionistas (expertos) ya están creando metodologías prácticas y teóricas que permiten mejorar los entornos urbanos en los que vivimos.
Cuando era alcalde de Mérida, el gobernador Mauricio Vila planteó estos primeros retos por ejemplo, con la instalación de semáforos para ciegos en la Plaza Grande y de geolocalizadores a los camiones recolectores de basura que hoy han sido borrados de la aplicación móvil del Ayuntamiento de Mérida.
Impulsó el uso de energías limpias, incentivó el uso de paneles solares con descuentos en el predial y también planes de movilidad que iniciaron con un trabajo profundo desde la Dirección de Planeación. Como gobernador, también implementó la tecnología para el manejo inicial de la pandemia por el Coronavirus.
Mérida avanza hacia ese camino: con la nueva Ruta Anillo Periférico, los semáforos inteligentes, las ciclovías, y nueva infraestructura urbana capaz de generar datos masivos (Big Data) que se captura mediante distintos dispositivos, como teléfonos celulares, sensores, computadoras, medios de transporte, edificios inteligentes, por ejemplo, se pueden reducir los consumos de energía haciendo los flujos de personas y bienes más rápidos y eficientes, y se incrementa la calidad de vida de los ciudadanos ofreciéndoles una ciudad con menos incertidumbres.
Llegará el día en que las autoridades sepan dónde se consume más agua potable y a qué hora, dónde hay más flujos de tránsito y más accidentes, cúanta gente acude al Centro Histórico y cuánto tiempo tarda en éste, donde hay menos árboles y dónde se calienta más la ciudad, a qué hora sale la gente a correr y qué parques son los más usados y los menos utilizados.
Hoy en día, el candidato o candidata que aspire a gobernar Mérida o Yucatán tiene que ofrecer este concepto de una manera que los votantes lo entiendan bien. Porque en momentos en los que se debate la permanencia o no del Estadio Sostenible en Cordemex, o como las ciclovías en Montejo, hay políticos y personas ligadas a partidos políticos que sólo desean que las cosas sigan como en el pasado, son los “gamberros de la tinta”, como les decía Víctor Cervera Pacheco, a quienes según él, padecían enanismo mental para el futuro, cuando le criticaban sus obras de infraestructura.
“Mérida Sigue Adelante” fue la brújula conceptual de la campaña a la alcaldía de Vila Dosal y esto explica cuál es la diferencia entre visualizar el futuro, o ser una ciudad problemática, como muchas otras de México que fracasaron en el intento de saber dónde quedaba ese “adelante”.