En su reporte semestral de la “Situación Inmobiliaria en México 2020” la firma pronostica que “la construcción deja atrás un año gris para iniciar uno más obscuro”
En su reporte semestral “Situación Inmobiliaria México” la firma BBVA pronostica que el sector de la Construcción podría presentar las primeras tasas de crecimiento positivas a finales del 2021, pero será un efecto base ante la constante caída del sector y no por una recuperación de los niveles óptimos.
Señala que por primera vez se conoce con cierta anticipación el inicio de una crisis económica, contrario a describirla una vez sucedida ya que se contaban con indicadores que apuntaban a una contracción en el 2020 antes de la contingencia por la emergencia sanitaria en el sector de la construcción, del mercado de vivienda y el del crédito hipotecario.
De esta manera, presenta varios escenarios probables en éstos mercados:
El sector construcción inicia la crisis de 2020 con un año de contracción. Por lo que es probable que este periodo de crisis para el sector sea por lo menos igual de largo que el observado en 2009. El año anterior, el PIB del sector cayó 5%, cifra que no se observaba en varios años.
Este resultado es la combinación de una depresión en sus dos principales subsectores, a saber, edificación y obra civil. Esta última tenía una dinámica negativa por varios trimestres ante la menor inversión pública; mientras que la edificación, apenas en el 2019, se hundió en términos del PIB.
La razón es que la demanda por vivienda no se recupera, mientras que la edificación productiva pasa por un valle que se puede extender conforme la economía se estanque.
El sector podría presentar las primeras tasas de crecimiento positivas a finales del 2021, pero será un efecto base ante la constante caída del sector y no por una recuperación de los niveles óptimos.
El mercado hipotecario terminó 2019 sin una variación significativa. El total del mercado avanzó sólo 0.2% en términos reales y si consideramos el número de créditos se contrajo más de 6%. La banca creció 3% en ese periodo al recuperar su participación en el segmento residencial; pero pudo ser el último impulso a esa demanda ante la caída en las tasas de generación de empleo.
Regularmente el mercado hipotecario ha enfrentado crisis económicas del lado de la demanda o de oferta; pero primera vez estamos ante una crisis por ambos lados del mercado. Lo que hará más duradera esta fase. No obstante, estimamos que si bien el portafolio de crédito, en la oferta y la demanda, se deteriorará; tampoco llegará a niveles que sean preocupantes ante la calidad de la originación, las tasas fijas en los créditos hipotecarios y la baja carga hipotecaria que se observa en general en las familias mexicanas.
Por último, hacemos una revisión del comportamiento de las fibras y su relación con otros sectores más allá del sistema financiero y los servicios inmobiliarios. El desempeño de estos instrumentos financieros pocas se veces se conectan con el desempeño de otros sectores y sus efectos positivos.
El comercio mayorista y minorista son de los principales beneficiarios, así como el sector industrial, y turístico. En estos últimos dos aún existe espacio para seguir invirtiendo. Ante un panorama con tanta incertidumbre pareciera que no existen oportunidades, pero probablemente, justo sea el momento para invertir.
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